jueves, 15 de septiembre de 2011

Ánimos por doquier

Vivamos en la sorpresa permanente y daremos con salidas a los tonos menos aireados. Sepamos con los otros, desde sus ópticas, aprendiendo con constancia y paciencia. No vislumbremos con prisas y celeridades que nos pueden encumbrar a la nada más nimia.

Superemos los elementos que son entregas en la misma creencia del conjunto que nos difiere los apaños con los que podemos convivir un día y otro.

No demos sugerencias que no somos capaces de afrontar con ese liderazgo manifiesto que nos debería implicar en las competencias máximas. Sintamos que podemos, que el poderío es nuestro.

No seamos en las insensateces de los progresos desmedidos. Suspendamos las actividades que nos hacen daño o que generan distancias que no vemos. Sorprendamos a la vida misma.

No consintamos esos desplantes que nos pueden dar el recogimiento de momentos que han de suplicar aspectos más queridos. Las inserciones en la vida se han de adueñar de lo que fuimos en positivo para potenciarlo con medida. Impliquemos a nuestros cuerpos y demos ánimos por doquier.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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