Razonemos. Veamos.
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Suspendamos las emociones.
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Vamos a sugerir cambios nuevos.
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Modifiquemos los aspectos nobles.
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Separemos las precisiones.
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No tendremos que razonar o estar.
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Simulemos que el amor es todo, y veremos que enseguida no tendremos que aparentarlo.
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Rompamos lanzas.
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Igualemos los pronósticos.
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La sensatez debe ser, debe primar.
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Secuenciemos la vida.
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No podemos más. Tampoco menos.
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Situemos la vida con más voluntad.
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Nos hemos de ver en las noches eternas.
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Consolidemos lo que nos previene.
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Dediquemos toda la vida. Hay más vida.
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Reforcemos los buenos hábitos.
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Nos tendremos que esperar.
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No somos. Las noches vienen.
J.T.
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