sábado, 24 de septiembre de 2011

Reposemos el conocimiento

El bosque nos impide, a veces, ver la parte esencial de la vida, que es fruto de la tolerancia, del respeto y de la comunicación plena. Hagamos constantemente el esfuerzo de refrescar lo que queremos y podemos hacer.

Atendamos los espacios que han de reunir los intereses más espléndidos, con los que nos hemos de mover sin contrariedades. Prediquemos con el trigo de la amistad, con las versiones más hermosas, dando y recibiendo con la suficiente motivación.

No dejemos atrás las solventes resoluciones a los posibles conflictos que, por desgracia, aparecen antes o después. Sigamos las impresiones que hemos considerado de brillantes para arriba. El mundo nos oferta sorpresas que hemos de ir cogiendo con atenciones y dosificando, en paralelo, los encantos que nos rodean.

No diversifiquemos los empeños. Topemos constantemente con nuestros miedos, hasta que los venzamos, que podemos. Es cuestión de perseverar. Acudamos a esos planteamientos que nos hacen borrar las estupideces por falta de tiempo para nosotros mismos.

No acusemos torpezas porque sí, con esas salvedades de entregas decorosas, y pongamos toda la carne en el asador cuando se trate de hacer el bien y de compartir los dones y los regalos del destino y de la Naturaleza. Reposemos el conocimiento.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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