Se entiende

Reponemos ese deseo con dos.

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Nos esforzamos para tener todo a tiempo.

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Nos tendremos que disponer con criterios.

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Vayamos para definirnos con voluntades claras.

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Dejemos que todo sea.

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Nos hemos pedido ciertas libertades.

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Regalemos los buenos tiempos.

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Sepamos por qué hemos sido.

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Nos hemos de preparar para la vida del deseo puro.

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No sepamos todo. El amor no es saber.

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Nos hemos recordado con paciencias infinitas.

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Nos hemos requerido en el primer instante.

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Supongamos de suponer siendo la suposición desde el cariño que nos tenemos.

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Hemos respuesto algunas fuerzas. Nos tenemos con tiento.

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Las brumas están entre suavidades y querencias en la totalidad.

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Hay que disponerlo todo entre lo que es más.

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Nos alentamos a vivir con cuerdas pacientes.

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No saldremos adelante con lo que podamos tener.

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Hablemos de memoria. Las implicaciones nos deben llegar con un poco de voluntad.

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Las premisas son precauciones. Estemos conformes.

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Ya hemos dado ese paso que nos será.

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Nos tendemos hacia el deseo, y éste nos hace recuperarnos.

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Apostemos fuertemente por nosotros.

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La vida es un poco de todo, incluso en el todo un poco y un poco más.

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Nos aplaudimos con señales de concordia.

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Hemos de reunirnos con pláticas amorosas.

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Acumulemos los gratos planes.

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Nos infundimos mucho valor.

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Participemos en lo que tiene algo de sentido. Nos hemos liberado para amar.

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Somos en el consentimiento. Lo somos de verdad.

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Hemos tomado el valor con sus palabras más salubres.

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Pacificamos la memoria. Ya veremos por dónde podemos asegurarnos las opciones básicas.

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Llamemos al valor, y esperemos que éste aparezca.

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Necesitamos que las señales sean en el claro deseo de amar.

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Nos presentamos en ese lugar que sirve de nexo común.

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Las diversiones nos implican en todo lo que nos sirve de verdad.

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Aparezcamos donde los valores tienen algo de sentido.

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La vida entra de lleno en una palabra de querencia.

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Clasifiquemos lo que queremos hacer, y hagámoslo.

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Nos estiramos hacia ese tono de presencias en la totalidad.

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Hagamos caso al deseo de antaño.

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Nos hemos de encumbrar al valor de la palabra y de la memoria.

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No todo está donde deseamos.

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Nos asaltamos con dudas e inclinaciones hacia la claridad de otros instantes.

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No se ve, pero se entiende.

J.T.