Superemos los atajos por los que se mueven otros, y tomemos como ejemplo aquellos que trabajan por el bien societario sin mirar los intereses particulares.
Abarquemos ese radio de actuación que nos regala provechos y buenos intereses, que necesitamos de verdad.
No naveguemos por aguas desconocidas de manera gratuita. Hemos de pretender beneficios de algún género, sobre todo compartidos.
No apaguemos las velas que nos pueden iluminar en los caminos más encabritados. Nos hemos de poner esas corazas que nos protejan en los instantes malos, que son inevitables.
Tomemos como referencias las expresiones de bondad, de amistad, de superación de esos caballos en batallas imprevisibles. Podemos mejorar muchas cosas, ciertas cosas, en la medida de nuestras opciones, que siempre las hay.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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