Razonemos
lo que sentimos
en este momento de serias
creencias en el amor.
Meditemos
acerca de lo que experimentamos
para ser más fuertes y útiles
en la noche de los tiempos máximos.
Rastreemos
en los negocios y anhelos
con una virtud de apetencias singulares.
Nos hemos de motivar
con contemplaciones adecuadas.
Tenemos derecho al amor,
pero hemos de saber sustentarlo.
El deber es cotidiano.
Juan T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario