No ha de haber debate
cuando hablamos de amor,
si lo es,
si es auténtico,
si nos refuerza en las relaciones,
en nuestros mejores aspectos.
No ha de haber pugna,
sino ilusión y buen hacer
con recetas de azúcar
entre besos formidables
que han de saber
a lo que siempre soñamos.
Dejemos el ruido,
pues concurre el cariño
más sanador y duradero.
Ya no vemos tanta complejidad.
Juan T.
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