Nos decimos
que nos damos otra oportunidad.
Debe ser el verano.
Nos recalcamos
el gozo de esa fecha eterna
que queremos compartir.
Nos fundimos
con el respeto y la admiración
que procuran una señal de intereses
conjuntados y de cuerpos volubles.
Nos hablamos
desde la ilusión de lo nuevo,
de lo renacido,
y nos volcamos en la experiencia
que empieza, ya conocida,
pero que sabe a algo especial.
Siempre la textura es grata
en estos comienzos.
De nosotros depende el mantenerla.
Como es verano, hoy al menos
no dudaremos,
e intentaremos que mañana tampoco.
Juan TOMÁS.
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