Tomemos un ramillete de esperanzas.
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Gustemos con lo que fue.
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Somos en el plano perfecto.
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No damos con las respuestas. Llegarán.
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Será antes o después. Será.
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La vida es un trasiego enorme.
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Nos fomentamos criterios nuevos.
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Nos hemos de alimentar de buenos procesos.
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Nos dirigimos al mismo sitio.
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No todo se ve cuando debe.
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Las bellezas nos definen con sentido.
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No hemos de aguardar milagros que no son.
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Nos preferimos de nuevo, con recetas medio mágicas que nos han de adelantar la mirada.
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Todo es en fresco.
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Nos solucionamos algunas mitades.
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No podremos vernos entre heridas de otro tamaño.
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Nos prestamos tiempo y afán.
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Nos hemos pedido ese intervalo que ya no será.
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Nos quitamos la ropa que nos sobra.
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El destino es sin barómetros ni perfiles callados.
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Nos hemos de nutrir de la gran esperanza que nos rodea.
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Todo es porque es.
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Nos vendremos en el momento apropiado.
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No todo es lo que otros nos narran.
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Nos hemos de determinar con sus largas respuestas.
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Nos solventamos sin memoria. Volverá.
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Hemos superado las grietas del destino.
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Hemos de creer en nosotros mismos. Tenemos muchos motivos.
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No nos alteremos por nada.
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Nadie es si no lo demuestra a sí mismo.
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El amor nos da las gotas que son garantías.
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Platiquemos de los buenos hábitos.
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Tengamos la mejor fiesta en paz.
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Nos hemos abrumado con la sabiduría que nos envuelve.
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Nos recibimos con sana pasión.
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Ganemos en modales.
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Suscitamos superaciones del bien.
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Nos tendremos que dar lo que necesitemos.
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Hemos de hablar de lo que sucede.
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Nos hemos enseñado a amar.
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Amemos todos los días, con entereza, con diversiones, con gratas noticias del amor que compartimos.
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Hoy es el día para danzar de alegría. Vivimos.
J.T.
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