miércoles, 7 de marzo de 2012

Todos podemos aportar

Nos hemos de aleccionar con presentaciones serenas, equidistantes, sonoras, cautelosas y arriesgadas en los tonos precisos y buscando el brillo de la vida en la mirada de los demás.

Despertemos incluso a lo conocido, haciendo que el factor sorpresa nos ilumine y nos guíe con fortuna y garra. No nos quedemos eternamente circunflejos y callados, pues hay mucho que mitigar y que hacer.

Propongamos medidas que nos acerquen a los puntos cruciales del devenir humano. No debe faltar tiempo para el consenso y el aprendizaje. El mundo, en continua evolución, necesita que le dediquemos planes de adaptación y de incorporación a los diferentes peldaños que vayamos subiendo.

Cuajemos los quehaceres con detecciones de los posibles fallos para nos reiterarlos. Es bueno que divisemos desde la fe, que incluso ha de ir más allá de los conceptos religiosos.

Tomemos el jarabe del amor interpretado en forma de tolerancia, de respeto, de conversaciones, de diálogos proactivos en favor de la comprensión, del entendimiento y de andar juntos. Aceptemos lo que somos y cuanto son los demás desde la consideración de que todos nos podemos aportar algo, mucho.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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