Me encantan
esas gentes sencillas
y que se creen de poco valor,
porque no ponen condiciones
y, al no disponerlas,
consiguen más
que los que nos imponen
sus desasosegados dictados.
Esas gentes tan hermosas
sí que son insustituibles,
aunque no lo sepan,
aunque no lo crean.
Lo son.
J.T.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
:-)
Publicar un comentario