La vida es un camino más o menos largo, con más o menos curvas, con más o menos rutilancias, y, en todo caso, con un poco de todo, pese a las apariencias externas. La Naturaleza es más sabia de lo que nos pueda parecer en el plano corto.
Existimos por un motivo, por muchos, con un quehacer que no debemos soslayar. Hemos de impregnarnos a menudo de aquello que nos regala ciertas señales con el fin de comprender nuestros roles más o menos especiales.
Comprendamos todo lo que sucede con una base que nos aclare todo. Hemos de ser mejores cada día, con empeño, con fortalezas que nos incrusten en las contemplaciones exentas de vacíos. Hagamos que funcionen los territorios del amor como sustento para la solución a los conflictos.
Suscribamos las enseñanzas que nos deben llevar tan lejos como podamos. No nos asustemos. Tomemos tiempo y razones para que los efectos que perseguimos se produzcan con superaciones en la totalidad y en lo más cercano.
No malgastemos el tiempo, y, si lo hacemos, que sea para dar con las claves de la entereza y de las opciones para sobrellevar las apatías y los aires de cierta juventud. Ahora debemos realizar todo lo que esté en nuestras manos para que la libertad nos haga que haya merecido la pena esperar teniendo, entretanto, fe, confianza, esperanza...
Juan TOMÁS FRUTOS.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Depende de como se mire, Juan. Hay tantas vidas ¡tantas!.
Sé que al final del camino, se encuentra la última pieza del puzzle que nos dará esa imagen entera, que existimos por un motivo, que entramos y salimos de la vida de las personas por alguna razón, que aprendemos (aunque no aprendamos nada, sobre todo en lo tocante a sentimientos)pero..muchas veces, todo eso que acabo de decir se esconde en un túnel negro que no te deja mirar, ni asimilar, ni comprender y, las esperanzas se recortan y, los verdes se tornan oscuros.
Es un artículo estupendo, reconforta.
Un beso.
Publicar un comentario