Tengo buenos ojos para ti: los mejores.
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Suena el deseo, y estás tú.
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Todo es como se quiere ver.
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Nos hemos nombrado hasta sin querer.
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Nos asombramos por las palabras calladas.
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Nos debemos un cuarto de felicidad. He ahí la mitad.
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Nos hemos de asombrar en otra etapa.
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Nos reclamamos un poco de tiempo. Es.
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Nos hemos esperado para no decir casi nada.
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Nos planteamos todo lo que hay de verdad.
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Iremos para no dar con elementos extraños.
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Nos hemos abocado a un destino que haré colectivo.
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Lo común nos merece. No tardemos en cumplimentarlo.
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Nos infundimos esos respetos que son y esperan.
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Aguardemos el origen de la memoria amorosa.
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Sugerimos un deseo, y, deseándolo más tarde, se cumple.
J.T.
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