martes, 6 de marzo de 2012

Convocar espíritus y almas

Nos hemos de agradecer lo que sentimos en un instante de pasiones múltiples. No dejemos que las voluntades se queden rotas en la nada. Hagamos caso al corazón mismo y a sus esencias.

Nos declaramos abiertamente a favor de la amistad, que ha de ser la luz que nos ilumine cada día. Nos debemos a los compañeros de viaje existencial, con los que hemos de crecer sobre todo en calidad.

Nos inmiscuimos cotidianamente en unos adelantos que nos deben propiciar cambios para dar con mejorías constantes. Nos hemos de proponer actuaciones solventes, aunque no siempre serán las que dictaminemos.

Hemos de sugerirnos avances con reglas de oro que nos deben dinamizar con actividades en los recodos del camino.

Comuniquemos todo lo que sentimos, y procuremos sentir lo que nos llega desde los afectos más o menos contenidos. Apliquemos las regulaciones normativas que permitan el progreso societario.

Nos debemos entusiasmar desde la eficacia más señera. Convoquemos, fundamentalmente, a los espíritus y a las almas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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