Resolvamos los expedientes que tenemos abiertos en una vida que marca muchas trayectorias. Nos enlazamos con brumas que nos divierten con refuerzos de todo tipo. Seamos un poco mejores de lo que pensamos en el plano corto.
Acudamos a esas citas donde nos divertimos y aprendemos de todos cuantos concurren. Todos tienen sus historias, sus experiencias, sus opciones y verdades. Juntos aportamos un valor añadido mucho más sólido.
Rastreemos por esos círculos que nos han de proponer poderes sin detenimiento, conclusiones sin paridades, voluntades sin creencias. Hemos apostado mucho y durante largo tiempo para no quedarnos solos, y, aún así, lo estamos.
Consultemos con la almohada lo que somos capaces de hacer. No destruyamos lo que tenemos de fortuna, y tampoco la guardemos en exceso. No todo es lo que parece, aunque sea difícil pensar en otros semblantes con otros significados.
Suenan a menudo campanas. Se trata de saber si son de alegría o de duelo. Los motivos fluyen: no debemos dejarlos escapar. No debemos, ni podemos, si queremos ser capaces de alterar las rutas que hasta ahora nos han demostrado que no han funcionado.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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