lunes, 13 de agosto de 2012

La bondad que nos hace más humanos

Movamos esas fichas que no terminan de encender las llamas de las emociones, de los buenos hábitos, de los anhelos claves. Actuemos sin dejar nada importante atrás. Nos hemos de plantear un recreo de sinceras caricias.

Busquemos los huecos de la ilusión, con momentos que nos permitan ir hacia ese margen que nos procurará libertades y anhelos gratos. Nos debemos disculpar ante los elementos extraños, que hemos de hacer amigos, en la idea, siempre querida, de tener más posibilidades estando todos unidos.

Construyamos castillos que supongan grandes obras, pero sin puertas, sin cerrar las ocasiones en las que podemos vivir. Nos debemos opciones. Todos somos necesarios. No aceptemos el papel de algunos fantasmas.

Demos señales de algodón. Celebremos la vida con un entusiasmo de razones variadas. No malgastemos los tiempos de los otros, ni, por supuesto, nuestras etapas. Juguemos desde la seriedad que supone el respeto a los demás.

Busquemos el equilibrio y la admiración que fomentan la integración y el entendimiento. Hemos de prodigarnos en actos de generosidad. Posibilitemos los instantes que nos pueden regalar la hermosura de vivir.

Existimos con unos pronósticos que hemos de ir cumpliendo desde la necesidad de vivir en paz, con ciertas sorpresas que nos hagan experimentar los mejores hábitos; y, sobre todo, hemos de dispensar la bondad que nos hace más humanos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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