jueves, 23 de agosto de 2012

MURCIA, ADELANTADA EN EL TOREO



Murcia, nuestra Región,  tiene belleza, hermosura, buena vecindad,  querencia por lo bueno, y también entrega, pasión, y arte. Por eso le gustan los toros, y por eso fue una adelantada históricamente. Hay que empezar a quitarse leyendas negras que otros, interesadamente, claro, nos han querido colocar.
Este año -seguro que lo saben-  estamos conmemorando que el Coso de La Condomina, que la Plaza de Toros de Murcia, cumple 125 años, al igual que los cumple el Club Taurino murciano, que es el Decano de España, y, por lo tanto, del mundo. Es el más antiguo. Ya les decía yo, por algo, que somos unos adelantados.

Son dos instituciones, éstas que mencionamos, con solera, que demuestran la elegancia y la defensa de lo autóctono que se realiza desde una Región, la de Murcia, que es crisol de culturas, que recoge lo autóctono de las provincias y regiones cercanas, hermanas, y lo mima como si fuera suyo. Ocurre con los toros, como ocurre, y aquí lo vivimos bien, con el flamenco. La imagen de la Matrona, de la Arrixaca, no es baladí. Además, es una imagen que protagonizamos en todos los territorios.

Y esa generosidad se traduce y se traslada a las personas que viven, que vivimos, en esta Región, unas personas que tienen en ustedes, querido público, y, si me lo permiten en los dos invitados que hemos podido disfrutar en la mesa redonda anterior, y que, en seguida, subirán a este estrado, tienen, digo, unos magníficos exponentes: trabajan mucho, son buenas personas, y saben querer y hacerse querer en el día a día.
Yo leía en la mesa redonda anterior lo siguiente. Me van a permitir que lo relea:

Estamos esta noche, lo vamos a estar con carácter inmediato, ante una pareja de hecho temporal. Me explico. Son Don Ángel Bernal y Don Alfonso Avilés. El primero es el empresario de la Plaza de Toros de Murcia y empresario taurino también. El segundo es el Presidente del Club Taurino de Murcia. Los dos andan este año de cumpleaños: 125 años. Ya ven, verán, que se encuentran estupendamente.  Bueno, en realidad, cumplen 125 años, esto es, un siglo y un cuarto, la Plaza de Toros de Murcia y la institución del Club Taurino, y no ellos (no son ellos los que cumplen, ya se lo podían imaginar). Este Club, por cierto, es el Decano de España, que es tanto como decir el Decano del mundo.

Muchas actividades se han organizado durante este año. Desde octubre pasado, y hasta el próximo octubre, exposiciones, mesas redondas, ponencias, encuentros taurinos (los martes están siendo un éxito), etc. avalan la fuerza de un año que demuestra, pese a todo, el vigor de la fiesta brava y el empeño que le han puesto muchos de los aficionados. En momentos de transformación están siendo testimonios de que la unión hace la fuerza. Y todo ello pese a la crisis.

Les señalo  ahora más cosas de las que hablamos en la mesa redonda

Que yo les cuente que la Fiesta de los Toros, la que durante años fue denominada Fiesta Nacional, está en un momento de tránsito, nos les descubre nada. Lo saben bien. Son momentos de caminar rápido y de una búsqueda de identidades en todos los territorios existenciales. El de los toros no podía ser ajeno. No lo es.
Pero precisamente en momentos complejos se ve a las personas más brillantes, las que tienen más tesón, las que recogen las semillas de sus ancestros, y se adentran por los vericuetos de unas emociones que hacen realidad. Creen en lo que hacen, y hacen aquello en lo que creen, y, paralelamente, nos hacen visible la importancia de la voluntad, como dirían los escritores del 98 (de 1898). Creen en la intrahistoria, creen en el paisanaje, creen en el pueblo, y saben que el pueblo, con todas sus contradicciones, alberga siempre la razón, tiene sus razones. Cuando algo pervive durante tanto tiempo por algo será.

Las tienen, las motivaciones, y se acercan, en sus planteamientos, al arte, a las ilusiones, al esfuerzo, al entusiasmo, al trabajo en equipo, a la visibilidad de la naturaleza en sus órdenes más inmediatos, a su entrega, a la honestidad, a la verdad y a la verosimilitud, a la palabra dada y cumplida, a la alegría y a la pasión, al dolor y al éxito, etc. Son, las subrayadas, esas expresiones que tienen sabor a toreo, como el toreo posee sabor a vida y a muerte, como el toreo sostiene sabor a flamenco, que también es pasión, que también es entrega, que también es alegría y tristeza, que es sentimiento multiforme, que es corazón y mente, que resume muchos de los universales aristotélicos.

Podríamos estar horas hablando del toro, del toreo, de sus relaciones con el flamenco, de cómo las almas buscan almas afines, que diría el filósofo Ortega y Gasset.

Almas afines hay aquí esta noche, en la entrega de unos galardones en homenaje del flamenco, del flamenco de Lo Ferro, al mundo del toro, a la Plaza de Toros de Murcia, al Club Taurino de Murcia, a esos hermanos con los que hemos crecido en los últimos siglos con unas señas de identidad tan especiales.

Ruego a Don Ángel Bernal, y a Don Alfonso Avilés, que suban a este escenario, así como al alcalde de Torre Pacheco, Don Daniel García Madrid, para que les haga entrega de sus placas conmemorativas. Esta noche hacemos historia en común.

A todos ustedes, querido público, y esto va de mi parte, gracias por estar ahí, gracias por su paciencia, y hasta pronto.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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