Murcia,
nuestra Región, tiene belleza,
hermosura, buena vecindad, querencia por
lo bueno, y también entrega, pasión, y arte. Por eso le gustan los toros, y por
eso fue una adelantada históricamente. Hay que empezar a quitarse leyendas
negras que otros, interesadamente, claro, nos han querido colocar.
Este año
-seguro que lo saben- estamos
conmemorando que el Coso de La Condomina, que la Plaza de Toros de Murcia,
cumple 125 años, al igual que los cumple el Club Taurino murciano, que es el Decano
de España, y, por lo tanto, del mundo. Es el más antiguo. Ya les decía yo, por
algo, que somos unos adelantados.
Son dos
instituciones, éstas que mencionamos, con solera, que demuestran la elegancia y
la defensa de lo autóctono que se realiza desde una Región, la de Murcia, que
es crisol de culturas, que recoge lo autóctono de las provincias y regiones
cercanas, hermanas, y lo mima como si fuera suyo. Ocurre con los toros, como
ocurre, y aquí lo vivimos bien, con el flamenco. La imagen de la Matrona, de la
Arrixaca, no es baladí. Además, es una imagen que protagonizamos en todos los
territorios.
Y esa
generosidad se traduce y se traslada a las personas que viven, que vivimos, en
esta Región, unas personas que tienen en ustedes, querido público, y, si me lo
permiten en los dos invitados que hemos podido disfrutar en la mesa redonda
anterior, y que, en seguida, subirán a este estrado, tienen, digo, unos
magníficos exponentes: trabajan mucho, son buenas personas, y saben querer y
hacerse querer en el día a día.
Yo leía en la
mesa redonda anterior lo siguiente. Me van a permitir que lo relea:
Estamos esta
noche, lo vamos a estar con carácter inmediato, ante una pareja de hecho
temporal. Me explico. Son Don Ángel Bernal y Don Alfonso Avilés. El primero es
el empresario de la Plaza de Toros de Murcia y empresario taurino también. El
segundo es el Presidente del Club Taurino de Murcia. Los dos andan este año de
cumpleaños: 125 años. Ya ven, verán, que se encuentran estupendamente. Bueno, en realidad, cumplen 125 años, esto
es, un siglo y un cuarto, la Plaza de Toros de Murcia y la institución del Club
Taurino, y no ellos (no son ellos los que cumplen, ya se lo podían imaginar).
Este Club, por cierto, es el Decano de España, que es tanto como decir el Decano
del mundo.
Muchas
actividades se han organizado durante este año. Desde octubre pasado, y hasta
el próximo octubre, exposiciones, mesas redondas, ponencias, encuentros
taurinos (los martes están siendo un éxito), etc. avalan la fuerza de un año que
demuestra, pese a todo, el vigor de la fiesta brava y el empeño que le han
puesto muchos de los aficionados. En momentos de transformación están siendo
testimonios de que la unión hace la fuerza. Y todo ello pese a la crisis.
Les señalo
ahora más cosas de las que hablamos en la mesa redonda
Que yo les
cuente que la Fiesta de los Toros, la que durante años fue denominada Fiesta
Nacional, está en un momento de tránsito, nos les descubre nada. Lo saben bien.
Son momentos de caminar rápido y de una búsqueda de identidades en todos los
territorios existenciales. El de los toros no podía ser ajeno. No lo es.
Pero
precisamente en momentos complejos se ve a las personas más brillantes, las que
tienen más tesón, las que recogen las semillas de sus ancestros, y se adentran
por los vericuetos de unas emociones que hacen realidad. Creen en lo que hacen,
y hacen aquello en lo que creen, y, paralelamente, nos hacen visible la
importancia de la voluntad, como dirían los escritores del 98 (de 1898). Creen
en la intrahistoria, creen en el paisanaje, creen en el pueblo, y saben que el
pueblo, con todas sus contradicciones, alberga siempre la razón, tiene sus
razones. Cuando algo pervive durante tanto tiempo por algo será.
Las tienen,
las motivaciones, y se acercan, en sus planteamientos, al arte, a las
ilusiones, al esfuerzo, al entusiasmo, al trabajo en equipo, a la visibilidad
de la naturaleza en sus órdenes más inmediatos, a su entrega, a la honestidad,
a la verdad y a la verosimilitud, a la palabra dada y cumplida, a la alegría y
a la pasión, al dolor y al éxito, etc. Son, las subrayadas, esas expresiones
que tienen sabor a toreo, como el toreo posee sabor a vida y a muerte, como el
toreo sostiene sabor a flamenco, que también es pasión, que también es entrega,
que también es alegría y tristeza, que es sentimiento multiforme, que es
corazón y mente, que resume muchos de los universales aristotélicos.
Podríamos
estar horas hablando del toro, del toreo, de sus relaciones con el flamenco, de
cómo las almas buscan almas afines, que diría el filósofo Ortega y Gasset.
Almas afines
hay aquí esta noche, en la entrega de unos galardones en homenaje del flamenco,
del flamenco de Lo Ferro, al mundo del toro, a la Plaza de Toros de Murcia, al
Club Taurino de Murcia, a esos hermanos con los que hemos crecido en los
últimos siglos con unas señas de identidad tan especiales.
Ruego a Don
Ángel Bernal, y a Don Alfonso Avilés, que suban a este escenario, así como al
alcalde de Torre Pacheco, Don Daniel García Madrid, para que les haga entrega
de sus placas conmemorativas. Esta noche hacemos historia en común.
A todos
ustedes, querido público, y esto va de mi parte, gracias por estar ahí, gracias
por su paciencia, y hasta pronto.
Juan TOMÁS FRUTOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario