El amor es ese poliedro
que nos asalta
con dudas, sugerencias,
felicidades, señales objetivas
y subjetivas, mansas y alocadas,
con voluntades tan férreas
como alejadas de la seguridad.
El amor es esa teoría
que cuesta poner en práctica,
es esa cura que no tiene cura total,
es ese cíclico comienzo
del que aprendemos para tropezar de nuevo.
Es el amor lo que se halla
en esa encrucijada de cariño y admiración,
de tesón y pérdida, de fortalezas y agonías,
de pesadillas y carcajadas...
Es ese todo troceado
que diezma y multiplica voluntades,
que no admite relojes,
pero cuenta el tiempo,
que sana y enflaquece en paralelo,
que nos hace volar
y que nos mantiene en tierra
con ánimos escurridizos.
El amor es vivencia personal,
que sólo aprende de las propias horas,
y, a veces, ni eso.
Su encanto y su desventaja
residen en que es, precisamente, el amor,
lo supremo y lo mínimo,
lo carismático y lo anecdótico,
lo visible y lo invisible,
lo que nos han contado y mucho más.
Lo mejor de todo, en el amor,
es que siempre está por reinventar.
J.T.
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1 comentario:
y dijo una vez un poeta: después de haber amado solo volví a amar por amor.
Me la llevo.
Feliz miércoles. :-)
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