Aligeremos los motivos con unas razones que nos han de proponer cambios para superar los instantes de desconcierto. Con cariño llegaremos.
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Simpatizamos porque nos sentimos iguales.
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Nos ponemos a volar por campos que nos devuelven a lo que fuimos hace tiempo.
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No anochece, pero lo parece.
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Hagamos caso a ese corazón que nos divierte.
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Nos implicamos en devoluciones de amores hermosos.
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Nos consentimos con mucho amor. Es bueno.
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Hemos aplicado algunos remedios que desconocemos. Ya veremos en otra era.
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Ayunamos en el día a día hasta que aparece el cariño verdadero.
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Eres ese plan no escrito pero que hemos de asumir como propio.
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Nos gustamos en el instante de más pasión.
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Nos atribulamos con la esperanza en un afán un poco mayor.
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Seamos consecuentes con lo que queremos hacer.
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Salpiquemos el cariño con más hermosura aún.
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No podremos quedarnos en ese momento de pura pasión no escrita.
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Hemos adivinado lo que podría ser un dibujo en el umbral de otra caricia con batalla de besos.
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Emitamos los instantes cariñosos. No hemos visto los otros vientos.
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Te respondo con esa elegancia que nos envuelve de túnicas y pasiones.
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Nos damos una motivación. Es, claro, el amor.
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Concluimos y empezamos: la vida tiene su ciclo.
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Nos alimentamos de esos instantes hermosos con los que nos convencimos.
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Nos dedicamos ese fundamento que lo es. Nos daremos amor.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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