Paseo alumbrado

Cedamos el tiempo desde su memoria.

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No retroactivemos lo que no sentimos.

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Nos debemos ver.

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Miremos para estar a tono.

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Sepamos alguna verdad.

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Recojamos las miradas. Sepamos más.

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No separemos las astucias de otras etapas.

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Singularicemos lo que podemos hacer.

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Secuenciemos lo que deseamos hacer.

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No hemos preparado las emociones.

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Los ideales nos siguen.

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No podemos defender lo que no es nuestro.

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Aseguremos lo que podemos hacer.

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Nos debemos apaciguar.

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Los objetivos no pueden perderse.

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Los objetos están ahí.

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Nos debemos al universo mismo.

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Nos hemos de consolidar con espacios determinantes.

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No pongamos encima de la mesa lo que podemos hacer. Hagámoslo.

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Sepamos lo que sucede.

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La vida es optimismo.

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Nos hemos aceptado como somos.

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Demos con las palabras más huecas.

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Nos tendremos durante un tiempo.

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Nos invitamos a ser, a estar, a vivir.

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Nos olvidamos de presencias dóciles.

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No podemos decirlo todo.

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La vida nos corrige.

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Hemos avistado paciencias.

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Nos anochece. Nos damos la bienvenida.

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Regulamos la vida.

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Nos entroncamos con preferencias.

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Digamos todo lo que podemos.

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Asimilemos lo que hemos de hacer.

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Preguntemos por dónde marchar.

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Nos avancemos sin mirar hacia todas partes.

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Las destrezas nos llevan al puro olvido.

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Hagamos que la vida nos funcione.

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Regalemos motivos. Nos enfrascamos en la memoria misma.

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No perturbemos las esencias.

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Regulemos las pacientes luchas.

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Nos asaltamos con todas las dudas.

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Las previsiones nos reclaman señales de amor.

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No podremos estar en parte alguna.

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Todo es una turbulencia. Nos encaminamos para dar con lo más querido.

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Hablemos de ciertos aspectos.

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Tengamos la fiesta en la más pura paz.

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Nos nublan la vista, la mirada, el todo, la parte, el anhelo, la virtud.

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No recorramos separaciones ajenas.

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Nos hemos distinguido.

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La virtud es un tesoro. No podremos esperar lo que no entendemos.

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Lamentamos que las cuestiones sean éstas.

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No pongamos casos que no entendemos.

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La vida es algo más de lo que vemos.

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La noria nos hace girar con frecuentes luchas internas que hemos de superar.

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No malgastemos lo que no tenemos.

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Pongamos la fiesta en el lado que nos debe regalar tiempo e ilusión.

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Todo es un poco de más memoria. No rompamos ninguna baraja.

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Nos hemos otorgado ciertas paciencias.

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Nos gustó cuanto ocurrió.

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La vida nos repone lo más querido.

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No disculpemos al corazón cuando no está en su lugar. Hemos reclamarlo.

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Tenemos más suerte de la que podemos narrar.

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La vida es honor, deseo, vacilación, creencia...

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Nos hemos dejado herir por una causa que es memoria.

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El amor nos hace vivir con alas nuevas.

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Nos rodeamos con destinos medio universales.

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Nos mostramos con una cierta modestia.

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Lo que fue sigue siendo. Será.

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No vivamos sin ver.

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Las conclusiones nos harán muy eternos.

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Aseguremos los procesos en los que vivimos.

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Nos hemos de mover con franquezas que están ahí.

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Soñemos con vivir en otra paz.

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Lo que fue seguro seguirá varios caminos.

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Nos alentamos a estar en pura concordia, que precisamos de corazón.

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Las impresiones nos unen.

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Nos hemos gozado con escuelas nobles.

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Activemos lo que fue, lo que sigue siendo, lo que debe ser.

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Nos hemos ennoblecido.

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Vacíemos algunas experiencias.

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Nos hemos negado a estar. Y estamos.

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No todo es como reluce.

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Hagamos que el deseo funcione.

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Hemos de operar con pura curiosidad.

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Aportemos lo que sea menester.

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No nos escudemos en las memorias de antaño.

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Necesitamos estar ahí, muy ahí.

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Las premisas nos hacen vivir en las ocurrencias.

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Los destinos son hoy universales.

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Demos con todas las palabras.

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Nos hemos sentado para amar.

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Las brisas nos siguen con sus nortes más ocurrentes.

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No devolvamos lo que no es de nadie.

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Pidamos un paso más sin memoria.

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Las prestaciones nos llevan al olvido más grande.

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No hagamos lo posible por topar con las etiquetas que apenas funcionan.

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Hemos desayunado con pacientes experiencias que nos deben hacer más proclives a amar.

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Terminemos como empezamos, con gloria, con entusiasmo, con todo cuanto sea menester.

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Hablemos de sugerencias con empatías.

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No podemos seguir. La vida es ilusión: no hay nada más importante.

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Las destrezas han de servir para amar.

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Nos regalamos flores que han de ponernos en la eternidad.

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No todo es lo que parece. Lo intentamos.

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Repongamos los planos de la experiencia misma.

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No saldemos deudas ahora. No hay prisa.

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El plato de la memoria llega con sus claros fines.

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Nos hemos recibido con toda la paz de antaño, con toda la que es, con toda la que será.

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Reformemos los anhelos de libertad.

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Singularicemos los sentimientos.

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Pongamos toda la carne en el asador.

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Las brisas llegan con sus eternos objetivos. Nos hemos unido para siempre.

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No vemos lo que sucede, ni nos importa.

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No pongamos en tela de juicio lo que experimentamos.

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Nos hemos asustado un poco, un poco más, y por ahí quedamos.

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Sonreímos con una cierta querencia, que nos la tenemos por amarnos tanto y tan bien.

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Hemos de abarcar los mejores motivos.

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Nos soñamos con vernos y querernos.

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No respondamos sin ver lo que sucede.

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Hemos asumido que los recuerdos en común son las bases de un sistema que no puede fallar.

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Nos juramos eternidad a través del amor.

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Nos enteramos todos los días. Apostemos.

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No cabalguemos sin ver lo que sucede.

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Las voluntades nos asisten con sus frecuentes afanes.

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El amor no es para todos igual.

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Me vuelvo sencillo, y lo soy por ti, en tu honor.

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Me arrojas hacia ese plano que nos envuelve con sus formas más estimulantes.

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Hagamos que todo el amor sea en la misma noche de los cuatro tiempos.

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Hablemos de sensaciones. Todas nos son.

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Necesitamos un poco de más empatía.

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Resolvamos los pronósticos.

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Las virtudes nos ofertan caricias. Las recogemos.

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La noche nos incluye en el sitio más adecuado.

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Nos ponemos a reaccionar.

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Nos mostramos con mucha lógica. Hemos aplaudido los buenos hábitos.

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La paz nos alcanza con sus inclusiones más hermosas. No podemos, pero podemos.

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Alumbramos el paseo del amor.

J.T.