La constante ha de ser la búsqueda de respuestas sin acotarlas con prejuicios y posibles respuestas.
No repliquemos constantemente, o pondremos en peligro nuestro afán de superación. Hemos de conocer antes de tomar decisiones, que no han de ser precipitadas.
Construyamos el futuro desde el presente mismo. Nos hemos de poner en ese trámite que ha de garantizar la permanencia con ese quehacer que nos debe prestar razones y anhelos de calores entre variaciones supeditadas a la disponibilidad, que ha de reponer aquello de lo que carecemos.
Nos hemos de proponer libertades en una constante evolución, que nos han de acarrear un éxito en lo personal, desde el anonimato más esperanzado.
Ampliemos la visión sin patinar en exceso. No hemos de tener prisa para dar con las muestras de calor y de afectos. No nos encadenemos sin el suficiente conocimiento. La premisa es estar a tono. No perdamos, por si acaso, el abrigo. Todo es mejora y mejorable desde las buenas y dignas intenciones de los procesos de la comunicación.
Juan T.
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