Deberes

Propugno una “tregua”, un alto en el camino. No defenderé la ilegalidad del enfrentamiento. Preciso rigor en la decisión de seguir juntos. Abriré una negociación que me lleve a un punto querido. Destaco que es posible la coincidencia en la calidad. Tengo absoluta confianza. Formas parte de mí, de mis objetivos, de mi ambición. Me has modernizado, me has hecho más “conocedor” de los cambios, más comprensivo. Te echo un vistazo y me quedo encandilado, medio embobado, como una pareja sin límites para amar. Te cuento que soy, y soy en ti. Me instruyo. He supervisado un cariño que portaba dentro, y ahora me doy cuenta que te estaba esperando. No ha sido fácil. Ha habido un cierto caos, mas lo real es que vuelvo a sonreír. La instantánea se ha convertido en una imagen eterna, como si fuera una ciudad histórica, que quizá lo sea. Me queda mucho que contar, que narrarte. Te aprecio sin avivar ninguna polémica. Lo mejor es pasar desapercibido. Me encantará encadenarme a tus experiencias, a esas ocasiones que tú provocas. Tengo millones de motivos para quererte, para encenderte, para encontrar una serie de hitos a los que agarrarnos. Te traslado mi llama hasta ahora un poco queda. Me meto en un proceso selectivo en el que me muestras tu mejor cara, que es mi gran fijación. Eres mi marca y mi prioridad, como yo espero ser lo mismo para ti. No tienes precio. Mi interés es conservarte. Nos hemos hecho más que amantes: somos amigos en esta relación que supera barreras y avatares cotidianos. Nos las vemos con los desmanes, y los vencemos. ¡Eres grande! Hemos tenido reflejos para zarandear lo negativo. Ahora lo podemos contar y con alegría aprovechada desde una estrategia no sustentada en encuestas. Te quiero. Te atrapo y me atrapas en esta inercia que detiene el reloj. Reparto los itinerarios alternativos y dejo los aspectos de “vegetación” para emprender esta iniciativa que corrige los entuertos. Repaso lo que eres para mí, y te siento como algo mío. He evolucionado, y me siento contento por ello. Haremos los deberes.