Pensando el uno en el otro

Dormimos con otras sensaciones, que no son ni mejores, que no son, que no están, que no pueden.

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Surco océanos de dudas que manifiestan hacia dónde no deseo ir. No obstante, llegaré contigo.

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He desayunado en la nada que busca registros poderosos. No hemos animado el buen criterio que un buen día sí existió.

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Quiero y soy en el contraste más absoluto. Quedo a tu disposición mientras pasa el tiempo en el que no creemos.

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Nos asustamos por las caídas que nos encienden los buenos ánimos, que quedan ahí de cualquier modo.

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He pensado en tenerte, en ser en la distancia que prefiere que todo quede de la mejor manera posible. Nos comentamos cosas.

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He predispuesto todo en la creencia de una voluntad que puede en lo infinito. Somos buenos. O lo seremos.

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Mendigamos un anhelo que salte de un lugar a otro. Pensaremos. La vida es en la distancia.

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Queremos que todo se corrija. Hemos sellado la voluntad que anima a creer en lo más válido.

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No temblamos por lo que ocurre, por lo que es, por lo que podríamos ser. Las señales nos ofuscan.

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No podremos vivir en la realidad quebrada. Las vehemencias de otros instantes nos quedan lejos, muy lejos.

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Hemos influido de una manera fugaz en las carencias más torpes. No podemos seguir con señales escuetas.

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La existencia nos impide seguir por sendas de luminosa factura. No aseguraremos nada. Las conversaciones nos ofrecen un poco más.

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Pedimos estar. Las convenciones nos han ofertado amistades medio peligrosas. Iremos a tocar en otra escala.

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No vemos lo que pasa. Tampoco tenemos ninguna necesidad de afrontar la vida de un modo distinto.

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Has convencido a los que vienen en un son que no es de paz. Nos asomamos por razones extrañas.

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Te he visto de algún modo. Nos hemos ofendido. Las cosas son como son. Devuelvo algunas llamadas.

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No te quedas donde debes. He escuchado todo lo que somos. Las cosas son. Nos maravillamos.

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Las invenciones de amores eternos nos hacen quedarnos en la parte de atrás. No termino de comprenderte.

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Has acudido a una cita en la que somos dos y uno, y eso me importa. No te quejes, que todavía podemos estar mucho más solos.

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Has conservado lo mejor de ti misma ahora que nada es lo que parece. Nos sentamos en otra mesa.

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Has fomentado el aire que respiras con un poco de buen humor. No iré donde estás. Lo siento mucho.

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Hemos adecuado el discurso con una frecuencia de callada imposición que nos acelera el paso.

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Hemos escuchado los ritmos de unos corazones que ya no nos pertenecen como al principio.

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Sentenciamos las posturas de quienes creen en lo que está por aparecer en cualquier entorno básico.

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Acudes en son de paz con un poco de brillo y con algo más de destellos. Nos hemos enamorado.

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No te plantees qué hacer ahora que todo lo sabes y que todo lo puedes. Hemos sentido las huellas del otro destino.

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Nos hemos conservado a toda costa ahora que la costa queda en el litoral de un pensamiento que porta tu nombre animado.

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No debe cundir el pánico en este nuevo momento que se escuda en la fuerza que tenemos.

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Nos hemos puesto a trabajar. No iremos. Las convenciones nos escuchan de cualquier modo.

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Has puesto todo y nada en la mitad de un camino que ya no localizamos como al inicio de los buenos tiempos.

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Hemos convencido a nuestros espíritus de que no debemos vivir solos. Puede que tengamos algo de razón.

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Avanzamos en cuatro noches y media, y sentimos que estamos más que dormidos, aunque a nadie le importe.

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Las sensaciones nos ofrecen cuestionamientos que adelantan una barbaridad. Hemos sentido algunas palabras que preferimos callar.

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Vencemos en la noche que es grande, simulada, cuestionada desde todos los flancos heridos.

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Hemos sentido que estamos cerca de sentimientos profundos. No podemos quedarnos sin amor.

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Vamos lentamente, pero tenemos lo que hemos de tener para ser lo que hemos de ser en este lado del río de la vida.

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Aguantamos con lo que viene, como vienen las cosas, diciendo que van, cuando regresan a la nada de la que partimos.

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Los sentidos nos engañan porque queremos en este nuevo momento que es lenguaje de derrotas anticipadas.

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Hemos puesto todo el deseo en la fragua que nos unió un buen día de verano. Nos tendremos por siempre.

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Hemos aguardado milagros específicos que nadie desea ver. Nos hemos puesto en la creencia más perfecta.

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Vamos deprisa hacia donde vamos, como vamos, queriendo, intentando poder, pensando el uno en el otro.

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He acudido a ti porque quiero que todo se solucione. Nuestro amor puede ser mucho más grande.

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Vivimos en un temor que nos asalta con más mudanzas de la cuenta. Iremos muy lejos. Las cosas son.

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No podemos consentir que las cosas se nos escapen del sitio. Lo ideal viene detrás. No te asustes.

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He predicado con un poco de buen humor. Nos hemos dado una gracia que nos ha de poner donde sea menester.

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Acuñamos nuevas palabras de amor que saben a lo mejor. Lo dulce me recuerda a tu nombre.

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No te vayas lejos. Tenemos mucho que contarnos ahora y siempre. Hemos acudido a otro certamen donde aprenderemos de verdad.

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Me has corregido con la mejor de las miradas. Me has puesto en el brete de tener mucho más que relatar.

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Mudas esa idea que tenías de comerte el mundo. No debes. Los aprendizajes son todo menos fáciles.

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Acudes a una certeza que no es la realidad de las cosas en las que debimos decir un poco más.

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Has buscado un poco, y te has quedado en el límite de la victoria, que ya no reconozco. Te invito a ser.