viernes, 27 de junio de 2008

Una relación potente

Estamos en un tiempo de valoración sobre cómo van las cosas. Nos miramos de frente, y concluimos que sabemos donde estamos, sin revanchas consentidas de otros. Nos tenemos, nos defendemos, nos colocamos en un supuesto de pasión que cosecha advertencias constructivas. Mostramos el calor de un dibujo limpio. Te califico de monumento, de diosa, de valor incalculable e impagable. Soy dichoso por este pensamiento hecho verdad. De forma rápida he llegado a tu corazón y nos hemos familiarizado en una bahía de vida. Eres mi barco, mi fuente, mi emergencia sin ignorancias. Te indico cuanto te quiero de este modo: Eres la prueba correcta. Te divido y te preparo como una bomba. Estamos en los límites de una zona arriesgada. Nos protegemos y aprendemos de todos cuantos vienen. Nos esforzamos por unas cuestiones que merecen la pena: estás tú y estoy yo. Vuelvo la cara para dar con la voluntad que me llena y que porta tu nombre, que tiene el poder. Aparecen las nubes, y, tras ellas, el sol, y media luna que sabe a tu miel rica y jugosa, fresca. Saltamos por encima de ondas expansivas que son tan potentes que nos tiran al suelo. Nos afirmamos desde el secretismo de un amor que nos deja en la carretera. Estamos seguros, complacientes, asumidos por una prontitud guerrera. Brincamos de amor. Hemos hecho bien la labor que nos invita a aterrizar. No abandonaremos el hogar, que se alimenta de lluvia divertida y de puertas abiertas. Hemos superado los envites del escenario que no cree en el cariño verdadero. Tengo alta la moral: es una victoria. Hemos gritado y suplicamos con vehemencia. Hablo con la creencia de estar junto a una persona especial. Trabajamos en un campo que implora la construcción que calcula los efectos del enamoramiento hermoso. Hemos diseñado una relación potente que combate cualquier aspecto de terror. Creamos equipos que responden, y ahí está nuestra repentina arma de protección. Somos culpables de amarnos: nos servimos con mucha capacidad y con una mayor advertencia para seguir por el mismo camino. Los preparativos están en marcha para proseguir por siempre en un intento frenético de explotar mortalmente de devoción. No soy temeroso de nada: te tengo a ti, adorada.

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