Sin problemas

Estamos con el pie en tierra, con la voluntad menos querida, con la noche de los tiempos básicos.

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No vamos a vivir en la batalla permanente. Nos ahogamos en una mesa de redonda factura.

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Me vale lo que me ofreces ahora que nada tiene el sentido que le dimos en un principio. Nos morimos en un vaso.

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Hemos mirado hacia ese lado en el que todo se ve de cualquier modo. Nos modificamos con planteamientos rotos.

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Golpeas mi moral con mucha ignorancia y me añades a una voluntad que sufre en el silencio de la noche, que es toda tuya.

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No estaremos en ese todo que será la ocasión de una ilusión bendita. Nos ponemos en marcha.

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No te diré hacia dónde debo ir ahora que voy con la consulta a mis espaldas. Nos anochece con bendiciones de todo tipo.

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Te he querido por lo que eres, porque supones más sin que seamos idénticos. Nos miramos a la cara.

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La playa en la que estamos nos ofrece conclusiones de doble perfil en la que nos asomamos con todo el bagaje.

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Hemos pedido casi todo lo bueno para ser más y mejores. Nos hemos enseñado la vida, el amor, la trayectoria que hemos de compartir.

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Vencemos el veneno de la memoria con más complejos, de los que saldremos sin problemas.

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No te quedes donde la voluntad es sueño, donde el sueño de la razón se queda sin fantasía.

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Me ofuscas con planteamientos que me duermen con una vela y con entierro y todo. Troceamos la vida.

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No te empeñes en callarte ahora que nada es lo que parece. Nos tumbamos. Hemos sido menos.

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Nos negamos a ser nosotros mismos. Hemos avisado de penitencias que quedan en una esquina.

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No podremos trazar el rumbo de un destino aminorado con la vehemencia de quienes guerrearon en la larga espera.

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Presumimos de buenos amigos que nos ponen a prueba. No podremos aceptar que las cosas son más o menos.

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Nos presentamos como buenos amigos, que lo somos, y pedimos cuentas con registros y razones variadas.

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No podremos asistir a cualquier insistencia de las que nos vienen de calle. Nos preferimos.

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No pedimos que el reflejo quede en el agua, ni que ésta esté limpia, ni que seamos menos, ni más…

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Escudriñamos un destino que nos ofrece tumbas donde acostar nuestros sueños, heridos por lo que sucede.

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Nos hemos puesto a trabajar con la noria de una vida que nos estampa besos que no podremos darnos.

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Nos dedicamos a cuestiones que nos llenan de trampas que no podremos aceptar en modo alguno.

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Nos causamos ese dolor que nos distancia de las tentativas que no surgen con efectos supuestos.

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Nos llenamos de un amor que surca océanos de premuras y querencias. Nos damos mucho sentido.

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No volveremos a ver lo que nos distrae con enseñanzas poco aguerridas. Nos tumbamos.

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No podremos considerar ese plan en el que todo es lo que nos gustaría. Nos veremos tan bien como somos.

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Hemos acudido a una versión de raíces profundas. Nos hemos dicho que todo tiene ese sentido del gusto que podremos aceptar con reglas fijas.

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Nos llamamos con unas enseñanzas que nos incluyen en esa balsa de aceite de recorrido diverso.

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No podremos tocar ese fondo de maravillas y sorpresas. Nos ponemos en forma. Hemos acudido a amarnos más.

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No vemos lo que nos asombra con restauraciones y sensaciones nuevas. Nos conformamos con estar.

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No es ni poco ni mucho. Nos agobiamos en la regla de tres que nos fecunda de intenciones complejas.

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No daremos con la emoción de un día que nos incluirá en el sitio más adecuado. Nos consultamos.

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Hemos insistido en las voluntades de un mundo de penitencias y de decoros sufrientes. Nos comentamos cosas.

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No vemos donde estamos, ni somos, ni podemos, ni queremos, ni nos enseñamos. Hemos quedado para otra ocasión.

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Nos miramos en la noche de unos tiempos complejos. Nos contrastamos algunas apariencias.

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Nos vertebran con similitudes de asombros complejos. No daremos con el juego. Estamos bien.

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Nos hemos puesto a dudar con una vacilación permanente que nos hace sentir que las cosas están.

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Nos vemos en un portal de amistades sencillas que nos imponen como seguir de la mejor manera posible.

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Nos rompemos en mil pedazos que nos hacen secundar las distracciones que nos incluyen donde más queremos.

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No veremos el espacio que queda atrás. Las tentativas nos hacen seguir como si todo tuviera una apariencia de destino universal.

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No podemos vivir de actividades poco activas, de empecinamientos de decoro imposible, de razones alejadas.

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Nos hemos doblado por tantas mitades que es mejor que no veamos donde están las cosas, que, sin duda, nos llenan de buen humor.

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No te veré en la noche de los tiempos, que haremos viajera como la vida misma. Nos perdemos un poco más.

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Hemos agotado las pocas paciencias que nos quedaban en un tarro del que no vamos a tomar ni la mitad.

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Nos agarramos a cuadros ardiendo que nos impiden seguir como si todo tuviera un poco de más sentimiento.

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No podremos aglutinar las impaciencias que nos llevarán a una especie de lenguaje de derrotas.

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Nos traspasan con resortes de todo género. Nos bañamos en una multitud mayúscula. Hemos llamado tarde.

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Vemos como conformar la unión de unas voluntades que nos agrietan el ánimo con el placer más terrible.

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Nos vehiculazos con resortes y elementos que nos dibujan pequeñas realidades. No somos nosotros mismos.

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Nos envidian por una amistad que compartimos a lo lejos. Hemos visto esto muy cerca. Nos hablamos bien.

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No te quedes en ese punto de inflexión que nos derrumba a la menor ocasión posible. Sustituimos el punto de la gran verdad.

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Señalo hacia ese lugar que es apatía que recrea las emociones más sinceras. Quedo a tu lado. No soy tú mismo.

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Me embarco en las carencias más absurdas con lo absoluto como base que mide la altura que no vemos.

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No podremos negociarlo todo. Hemos divisado una garantía que nos propone no ser, no estar, no poder.

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Nos hemos gozado en la noche de los tiempos que se encargaron de lo remoto. No podremos mucho más.

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Nos hemos contado que las cosas son como son mientras medimos los campos de una victoria medio estúpida.

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Nos hemos acostumbrado a ser lo que nada es. Nos desayunamos un afán que puede con nosotros.

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Pregonamos una razón que registra lo que pudo ser algo más. Nos comentamos cosas. Hemos dicho que vale.

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No sabremos contar las emociones cortas en las que el todo es la nada en la que creemos con todo tipo de garantías.

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Sueño con verte en otro recorrido, con espacios diferentes, en la noche de unos tiempos que nos proponen tener menos.