Un beso muy querido

Estás arriba, muy arriba. Las cosas han cambiado para mejor. El “balón” nos ha llegado con un claro y estrecho mensaje de paz. Nos hemos juntado. Estamos con la mano izquierda, que ahora funciona. Nos paramos para reflexionar sobre el fundamento de una vida que se cierra para dar la vía de solución. Nos presentamos con claridad y con la defensa a ultranza de cuanto merece la pena. Nos subimos con la convicción de entrar y de salir para hacer todo cuanto sea preciso para alcanzar la felicidad. Hemos estudiado el reparto y nos sobran agallas para conservar el objetivo loable de una caricia con laguna refrescante. Valoramos el cese de las hostilidades de otros. Nos hemos influido. Ahora el resultado es óptimo. Nos permitimos una vigilancia ideal. Seguimos la trayectoria de una voluntad que nos saca de aprietos. Estamos dentro. Tomamos aire para tener oxígeno para llegar donde debemos. Trabajamos mucho. Lo perfecto entra en un carrusel que nos sienta de manera automática. Nos amamos: no hay duda. Los hechos lo demuestran. Ausentamos la soledad. Todo pinta bien. Hemos desbaratado la ofensiva de los que nos querían encasillar. Me siento fenomenal. El trabajo ha sido enorme, pero está validado. Repetimos el balance, que es constructor desde la solidaridad. Lo hemos hecho de manera irrepetible. Nos permitimos ser, entender, no sufrir. Alucino contigo, por la calidad que regalas, y no solo a mí: todos disfrutamos con tu presencia. Has girado mi vida, y, en esa rotación, toco el color azul, que me da suerte y “relajo”. Tenemos una serie de bazas que nos invitarán a una conquista convertida en baluarte y sustento. No nos falta de nada. Luchamos como jabalíes por la conservación de un estado que, en poco tiempo, consideramos natural. Hay confianza. Nos hemos propuesto una dignidad que desmenuzamos para que llegue también a nuestros amigos. Acecho para disfrutarte a ras del suelo, en la anécdota, en la categoría, en los fallos, en los aciertos, en el deambular diario. ¡Recibe un gran beso!