Tengamos la fiesta en paz procurando que las causas no se pierdan en los límites de la impaciencia. Sintamos que las cuestiones tienen su aquel con su base misma. Ajustemos en los pronósticos.
No separemos lo importante de lo divertido con el fin de aprender mucho más y mejor. Hemos de asistir a las citas donde todo nos debe parecer un poco más interesante. Amoldemos las posibilidades.
Cuando hay razones serias, todo se manifiesta, o debe, con un afán que no hemos de dejar en saco roto. No prefiramos esos caminos que nos impiden ver los bosques de las fantasías, donde somos un poco más personas.
No neguemos las evidencias donde aparecemos como niños grandes con ganas de conocer lo que nos viene dado con más o menos justicia. La existencia ha de alimentarse de lo que nos conviene sin olvidar que los errores son humanos, y que es bueno que lo sean. Demos cartas de naturaleza a los avisos que nos colocan ante complejas hipótesis. Superemos algunos recatos.
Cada vez que podamos hemos de tomar en consideración las transformaciones sociales que nos hacen liderar las opciones de vigentes luchas por la justicia y la tranquilidad. Estudiemos las ocasiones que tenemos, que son las que son, y experimentemos las inclemencias de un cielo que ha de escuchar antes o después. Aguardemos con emoción. Todo lo relevante nos espera con convicción.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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