martes, 24 de junio de 2008
Expulsados
Un sondeo nos coloca en lugares opuestos, y no es verdad. Las premuras y los rumores nos posicionan en sitios a los que no pertenecemos, ni por situación, ni por deseos, y ni siquiera por vocación. Tratemos, y así te lo pido, de comunicarnos. Nos creemos tantas cosas que no vemos que nos confundimos, a veces sin ayuda de nadie. La “barca” nos lleva demasiado a la deriva. No negociamos bien, y no aprendemos como conviene. Las asignaturas pendientes no puntúan, y nos da igual. Coincidimos en apariencias, y nos volcamos en elementos extraños. Es duro. Las previsiones no salen. Las avalanchas nos rompen el futuro en mil pedazos. No hablamos el mismo lenguaje. Nos pisotean. Somos víctimas consentidas. Las corrupciones nos inclinan, y no hay devociones que podamos comprobar. El sentir nos rechaza. No venimos juntos en la expedición. Estamos listos para la marcha. Nos pasamos en los acontecimientos. Resolvemos los conflictos con protestas y con vetos que nos lanzan guijarros en representaciones dramáticas. Nos infiltramos para pasar desapercibidos, y no estamos dispuestos a ordenar unos grandes “monolitos” que nos aplastan. Las tentaciones son muchas. Las zonas montañosas nos distancian de las veneraciones de antaño. Tenemos ganar de acabar, y eso dificulta el que las cosas vayan bien. Hay dobles ataques de forma drástica, y, sencillamente, no podemos con tanta carestía y aflicción. Estamos desmoralizados. Nos cuesta mucho el protocolo para que luego no salgan los propósitos que tenemos “auto-encomendados”. La rentabilidad nos hace acumular una tensión añadida donde no hay más que recortes negativos. Aportamos desregulación y nos sentamos en un mundo de clientes y no de amigos. Nos hemos apresado, y estamos hasta sin agua en las venas. Los juicios irrenunciables nos han expulsado de un paraíso al que teníamos derecho, pero por el que no hemos bregado lo suficiente.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario