Gracias

Me siento cerca de ti, de todo, del universo, de tu sonrisa, de esa esperanza que tienes casi ciega en el Ser Humano. Me aproximo a una realidad que es búsqueda con sintonías y tonos que despegan sin entender nada. Los instantes recuperan el poder con plazas que no alistamos. Conservamos: así somos. Los hechos nos invitan a una fuga con inquietudes retorcidas. No estamos como antes, pero pactamos para una evolución, para un gran consenso. Las tenencias son lícitas hasta cierto punto. Los principales cierran las puertas, pero sigo ahí, esperando a que te des cuenta. Te mantengo. No doy. Concluyo mi día, y estoy deseando de llegar a otro: las torturas y las malas intenciones con vanidades de todo género no valen cuando te tengo tan presente, como es el caso actual. Revalido mis posiciones, y te guardo dentro de mi corazón, que es absolutamente tuyo. No termino como empiezo, porque ni inicio nada ni anhelo dar conclusión a ninguna cosa. Nos cuentan, y nos meten en imposiciones que nos quitan los lideratos. Paso la información, y me meto en donde antes parecía imposible. Te veía como un sueño, y doy gracias a Dios por esta entrada sin precio. Lo infinito ha adquirido realidad, y me apunto un triunfo que no es nada hipócrita. Llego a ti, a tus cifras, a tus intereses, a tus entusiasmos con permanencias que nos aclaran los contactos. No doy consejos. Las escuchas nos imprimen un carácter cierto. Estamos atentos, y así continuaremos. Practicamos durante noches y días con instalaciones que mejoran lo que anteriormente era preocupante. He venido, y he dado contigo con una parsimonia que me mete donde quiero. Soy feliz y aprendo de la plenitud que compartes. No me has pedido jamás nada, y me has dado todo con una enseñanza que no se encuentra en los libros. Me has prestado algo, que también dejaré a otras personas, siguiendo la “rueda”. Eres especial, y me haces sentirme así yo también. Gracias: sencillamente gracias.