viernes, 20 de junio de 2008

Una corta huida

La experiencia es aleccionadora. Uno desconecta del mundo durante unos días, durante unas pocas jornadas, y se da cuenta de los despropósitos que nos rodean. Alejándonos por un corto período de tiempo, entendemos la cantidad de tonterías y de torpezas que cometemos. No hay provisión de fondos para afrontar un equívoco tan mayúsculo y tan poco enriquecedor como el que realizamos tan a menudo. Cuando salimos de la “vorágine” en la que estamos inmersos, recordamos, aunque sea mínimamente, lo que éramos, lo que nos gustaba, lo que nos produce felicidad, lo que nos trae la paz, lo que es en realidad. Os aseguro que es bueno de cuando en cuando salir de la rutina cotidiana. Debemos ampliar nuestra visión y comprender que tanto trabajo, que tanta lucha y que tanto correr no demuestran nada a nadie, y, además, ese conglomerado nos mata lentamente por desgaste físico y por tristeza. Lo que hacemos, ciegamente, es ganar y vuelta a ganar, aún antes de disfrutar lo que hemos obtenido. Las tecnologías, en vez de ayudar, y por un mal uso, nos vuelven esclavos de la seguridad, que no es amiga del corazón. Uno se prueba a sí mismo, con esta huida efímera, que se puede pasar sin conocer muchos sucesos, sin dar ningún parabién a un responsable de un turno de oficio que solo nos juzga con determinados intereses. Con este “paso” nos conocemos un poco más en un entorno que saboreamos desde la suspensión de lo que no reconocemos como propio. También dialogamos más. Nos localizamos los puntos claves, y hasta los explotamos, les sacamos partido. En la vida no hay muchas certezas. Las cosas son sencillas. Hemos de captar el ambiente, advertir las consecuencias de lo que hacemos y de lo que no, evitar los peligros inútiles, y tomar decisiones conforme a un baremo, según un cálculo más o menos representativo de lo bueno, de lo que conviene, y no necesariamente desde una perspectiva material. Cuando nos vamos del ambiente enloquecido y embravecido, nos damos cuenta de lo que merece la pena y de aquello de lo que podemos prescindir. Espero no olvidarlo durante los próximos meses.

No hay comentarios: