Una crónica emocionante

Te ofrezco todas las facilidades. Salgo de la locura para entrar en tu vida, que me regala soldaduras y experiencias. Me recubres y me haces emerger con liderazgo. Busco resultados, y ahí estás tú, inigualable, con sueños que salen de la norma. Me tomo un café, y me pongo a descansar con el comienzo de la vida en mi boca. El concepto se identifica, y recuerdo los viejos tiempos. No es fácil olvidarte, y tampoco quiero. Tienes mucha clase. Eres fantástica y real, y me siento único por ello. Hago un juramento hipocrático y te detecto como un espíritu que tumba las existencias que pueden ser repetidas. Me soliviantas y me das un ánimo con emoción y con deporte. Me informas con elecciones que convierten la pauta en todo y más. Tengo en ti mi gran cita y novedad. Eres mi mayor oportunidad en este diagnóstico. Me transformas de aspirante en prevención consolidada. Me ayudas y haces que sea “inolvidable”, que me sienta al menos así. Te adoro y me doy cuenta de mi error: no haberte querido antes. Estás receptiva en el amor, y no quieres sorpresas, salvo las que vienen de nuestras repetidas convocatorias. Nos sentamos bien: tenemos un merecido reconocimiento. Me aportas calma y nunca pena. Cada día es ideal para enemistarnos con el cansancio. Nada escapa a nuestro “tino”. Han caducado los aspectos bajos y nos promocionamos con importancias. Me aseguro esta alianza que me encanta. Te prometo humor a mansalva y un sinfín de momentos disparatados. Te miro por todas partes. Soy tu espectador adicto. Condensas todos los problemas. Ya no cometemos tantas faltas. Nos damos un prestigio personal y nos vestimos en una órbita que nos refresca y nos recupera. Nos gustamos mucho. Doblamos el flujo y nos refrigeramos. Estamos abrumados, totalmente desbordados con una presión amorosa que nos salva. No vamos a escamotear ni un ápice de actividad. Podemos: decididamente es así. Marcamos la ignorancia, que hacemos huérfana con aplausos desde el corazón. Somos una crónica emocionante con sentimientos evidentes.