Me gustaría verte sonreír

No sonríes ni una sola vez. Tienes una mirada perdida, sin queja, sin magulladuras aparentes. Previenes el conflicto y me expones al mundo con armonía, con aceptación de las respuestas en un plan de igualdad. La repercusión de tus actos incide a kilómetros de distancia. No elaboras estadísticas. Tu herramienta es el “amor puro”. Proyectas tus sensaciones con pronósticos reservados. Eres libre, pero te adaptas sin reservas. Tu ademán nunca es extraño. Tienes la temperatura exacta. Ratificas las intenciones y escuchas sin contrapartidas materiales. El género humano no necesita caridad, sino personas como tú. Lo cuentas todo en un instante. Te recoges con prioridades naturales. Estás íntimamente entretejida a los puentes de cientos de dimensiones. Desde tu falta de nominación eres el “argumento estrella”. Lanzas un solo desafío sin ruido: sabes que todo es posible con el encaje del amor. Paseas plácidamente, y te admiro. ¡Eres tan limpia de corazón! Nadie como tú entiende la vida: eres madre. Sabes lo que cuesta traer una existencia a este territorio lleno de pugnas. No comprendes el horror, pero lo aceptas. Evitas las prolijas explicaciones. Eres valiosa. Estás cargada de extraordinarios papeles. No obstante, has elegido uno no programado, que está aguardando el milagro del detalle. Sabes escuchar. Tienes un espíritu servicial. Tienes futuro; y, si me equivoco, no lo tendremos los demás. Eres un talismán. Tus ojos reflejan música. Si desapareces, si fallas en el último segundo, si dejamos que suceda así, estaremos perdidos. Tu tierra está devastada. No tomas el pulso a los guerreros, que derrotan todo lo que podría garantizar el sosiego de la sociedad. Estás abierta a todas las ideas, sin reglas, sin grises, con toda una gama de experimentación. Desglosas más y más amor. Te mueves en aguas turbulentas y experimentas mesura en un trance confuso y amargo. Te resientes. Eres la cara de esta existencia con respaldos falsificados. Te he visto muy hermosa, por dentro y por fuera. Pocas personas te pueden igualar. Me gustaría verte sonreír.