lunes, 23 de junio de 2008
Mira más allá
Te encargo que te cuides, que trates de estar a tono con las condiciones que te rodean. Hay cosas que no ves, pero que, no obstante, están ahí. Has de modificar tu olfato. No te quiero vender ninguna situación hostil. Solo deseo que seas feliz, que no te hagan daño. Mi objetivo es mantener una relación maravillosa sin dudas, sin discusiones, valorando las consecuencias de cuanto hacemos. Busco tu bienestar. No soy impermeable al consenso: creo que podemos mejorar la credibilidad que nos intercambiamos. Te defiendo en todo momento y en todo lugar con referencias específicas a tu ser. Te rindo homenaje mientras estamos juntos. No voy a esperar para decirte lo que te quiero, lo que nos merecemos, lo que podríamos ser, lo que somos. Encabezas toda una línea de buenos sentimientos que explican la grandeza de tu corazón. Desempeñas un papel fundamental en un entramado que me rescata cada día de los malos actos, de los manjares "polucionados". Me respondes a cualquier cuestión antes de que caiga la noche. Eres el marco de mi cuadro ideal. Sin embargo, entiendo que no lees entre los huecos de unos párrafos que te explican los mecanismos de una manera interesada. Hay quien te engaña: no todo el mundo te aporta satisfacciones, bondades y manos amigas. Tú solo crees en las palabras, y éstas no siempre ofrecen la cara más real. Hay cínicos e hipócritas a tu alrededor. Su grado de compromiso es nulo. Sé que no es fácil discernir. Es en estos supuestos en los cuales entra en juego nuestra intuición y nuestra libertad. No olvides que te prefiero como eres, sin que cambies. Te digo todo esto solo por ti. No siempre estaré a tu lado para que llores en mis brazos, para levantarte el ánimo, para devolverte la ilusión. Trata, por favor, de mirar un poco más allá. Tú sabes.
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