domingo, 22 de junio de 2008
No tememos
Te hago un llamamiento. Quiero que impulses nuevas medidas que erradiquen nuestros males, que nos lleven al fin de un mundo y al comienzo de otra dimensión que nos ampare y nos tutele. La situación puede ser mucho mejor de manera efectiva. Nos podemos asistir y proteger, y de este modo lo hacemos. Eres mi terapia voluntaria. Celebro el haberte conocido. Completo mi circunferencia con la reforma de tu espíritu, que me introduce en un universo modificado cautelarmente. Adopto una civilización presidida por el cariño y la comprensión. Eres el objeto de mi atención. Te explico unos rasgos que distorsionan las maldades para catalogar unas experiencias que perciben habilidades que nos sirven para ser ágiles y menesterosos. Me introduces impulsos atractivos. Nos acercamos para reconocernos. Los esfuerzos no son en vano. Dejamos constancia de una pelea pacífica que nos hace amarnos más y más. Vamos con los ritmos adecuados. Nos hemos instalado en un tratamiento. Te reivindico con ambición. Gozamos de una posición de bondad. Crecemos interiormente. Nos comunicamos, nos entendemos. Los planes nos llevan a una eterna recolocación. Delegamos el uno en el otro con pasión. Nos hemos decidido, y ahí estamos. Ajustamos nuestros criterios y emprendemos unas vías que nos anotan en el registro de la innovación amorosa. La calidez nos toca. Eres mi valor más grande, mi apuesta sincera, mi más acertada elección. Seguimos con una perspectiva ideal, y nos detenemos ante el germen de un proyecto que ya toma decisiones positivas por nosotros. Ya no tememos ningún peligro.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario