viernes, 20 de junio de 2008

Sé tú misma

Luchas por él. No puedes estar sola. Viajas cada vez que puedes. Accionas todas las palancas y procuras utilizar todos tus recursos, que son limitados. No posees una gran cantidad de bienes materiales, y eso hace que él se aleje de ti. Te manipula. Aguantas una enorme presión. Te retienes. Palpas que las cosas no salen, pero continúas tu labor amorosa e insistes. Te trazas un plan, un proyecto de emergencia, y te propones una nueva vuelta. No hay nada claro: sabes que no saldrá adelante esa relación sin viabilidad. Inconscientemente, él se aprovecha. Todo es tan fácil que se está acostumbrando a una situación ilegítima. No has puesto condiciones, y él se ha acodado en el sitio más confortable. No estás protegida, mientras que “el otro lado” no se ve con obligaciones. Disfruta uno, pero no tú, que ves como se acortan tus horas por el agobio que padeces. Es todo un despropósito. No descansas. La vergüenza se ha apoderado de ti, y no hay forma objetiva de plasmar un hueco que posibilite la salida. No hay un dispositivo en tu vida que te favorezca. Los datos no juegan de tu parte. Estás nadando, y te encuentras más que agotada; y lo que es peor: te distancias más de la “costa”. Has renunciado a tus principios, y eso es un delito para una persona que se "vendía" tan independiente y autónoma. Ardes de desazón. Tu engreimiento ha sido sustituido por un "ofuscamiento". Envejeces. Has tenido la mala suerte de dar con alguien que no te quiere. Como lastre tienes en contra que te has enamorado de manera patológica. No acaricias ningún elemento al que te puedas asir. Te has detenido: has parado el reloj, y así no podrás ser persona. No hay soluciones intermedias en esta coyuntura. Si deseas un futuro, tienes que liberarte. Por favor, sé tú misma. Puedes.

No hay comentarios: