lunes, 23 de junio de 2008
Sigues ahí
La mañana se presentaba inusual. Todas las fuerzas naturales se habían aliado para que nos viéramos en aquel lugar. La acción estaba preparada, y, de pronto, inesperadamente, apareciste tú. Me quedé enganchado a tu sonrisa integradora, a tu “mirada sesgada”, a tu cuerpo modélico. Te cumplimenté de manera protocolaria, y tú seguiste con tus compromisos en esa sociedad que acata normas y no ve las ventajas del conocimiento. Te movías como una reina, y yo, como el que no quiere la cosa, te seguía de soslayo. Estuve pendiente de ti en todo momento. Ciertamente me recordabas a alguien, a alguien que me caía bien, que me había dispuesto a ti, una rutilante mujer que ahora se presentaba sin mediar palabra. Estabas ahí llena de emociones, de afecto, de gratitud hacia un contexto que te amaba, que te contemplaba. Servías de renovación, de mención a esa minúscula sociedad que te rodeaba. Habías ganado la partida a esas gentes que no te conocían, pero que ya te adoraban. Eras como una pionera de la belleza, y te habías convertido en el centro de las respuestas y de las inquietudes que afloraban ordenadamente. Me sentía como un niño con una experiencia nueva por venir, y ese "Porvenir" llevaba tu nombre. Entonces, la imagen de la supuesta realidad se enfocó hacia nosotros, y el tiempo se detuvo. Me repasaste con tu mirada, con esos ojos enormes. Devoraste durante milésimas de segundo cada rincón de mi cuerpo, y hasta penetraste en mi espíritu, que reconociste tuyo. Me vi abrumado. Sentí un rubor que no pude ocultar. De repente seguiste con tus parabienes, con tu apertura a todos, y me abandonaste en aquel lugar. Me dejaste solo, con una instantánea de felicidad grabada a fuego, pero no experimenté ninguna desazón. Durante un tiempo breve que me pareció una eternidad te pude "saborear", y luego te extinguiste, y te transformaste en una paloma viajera hacia otra parte. Supongo que estarás bien otorgando magníficas sensaciones a los que te conocen. Yo estoy estupendamente con tu foto grabada en mi corazón. Hay personas que aparecen efímeramente y que justifican todo. En lo que a mí respecta sigues ahí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario