domingo, 22 de junio de 2008
Sin palabras
Has actualizado tus datos. Forzadamente has conocido, de nuevo, el sentido de la vida. Hay un cauce que recorrer. Las aguas del río que nos lleva transcurren en ocasiones tranquilas, y en otras de modo más turbulento. En ciertas oportunidades saboreamos el paisaje, mientras que hay momentos en que las prisas se convierten en protagonistas y son malas consejeras que nos ahuyentan y nos alejan de las evidencias que satisfacen. Has visto la cara de esa "distancia" que antes o después, tarde o temprano, tiene que llegar. Lloras: estás llena de aflicción. Es otra cara, la otra cara. Te sientes derrotada, aturdida, pendiente de lo que ha sucedido, que lo entiendes, que no lo quieres comprender. No disimulas ni la esencia ni los detalles. Esto sí que es un problema. La "mordida" ha sido fuerte, sin avisar, sin derecho de vuelta a empezar. El destino te ha arrancado un gran pedazo, y con toda seguridad necesitarás un largo tiempo para recuperarte. Te diviso a lo lejos y no te reconozco. Te veo triste, dolida, doliente, sumida en la desesperación de un trance inesperado. Te dejas sentir marchita, floja, carente de energía, sin "fuste", apabullada, superada por las circunstancias, por un evento que te afecta y te afectará. Vas de un sitio a otro como un mecanismo mecánico. No quieres meditar, y, cuando lo haces, que lo haces, que no lo puedes evitar, te desplomas en el sentido físico y psíquico. Te doy un fuerte abrazo: nos fundimos en millones de deseos que no pronunciamos, y no variamos el ademán durante unos instantes que se hacen eternos. Te entiendo: veo el conflicto de la vida dentro de ti. Adviertes en una negra y renovada ocasión que todo se va al traste cuando menos lo esperas. La angustia te devora. Yo deseo que pase el tiempo para que te recuperes, si bien soy consciente de que nada será igual en adelante. Te falta una persona sustancial y nada te sirve ahora para reconfortarte. Me ofrezco sin garantías para apoyarte en lo que necesites. Aquí no tengo recomendaciones ni palabras de aliento. Ha sido muy duro, pero no olvides que tienes muchos y grandes amigos dispuestos a no dejarte atrás. Hay sucesos en los que no sabemos qué decir.
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