domingo, 22 de junio de 2008

Un día de lluvia

La lluvia me mueve a ti, me lleva dulcemente a tu recuerdo, a la conformación de un estado que gestiona la felicidad que se hizo entonces eterna. Mantengo mis figuraciones, mis memorias, mis conocimientos, mis apuestas, y me transporto con una actividad que me potencia. Me presento como el primer día. Me englobas con la frescura que se extiende. Aspiro tus razones, que se saborean como en aquella etapa tan efímera como intensa. Defendimos unas circunstancias que se vuelven cercanas en este juego de la pluviosidad que preside mis detenidas ideas. Todo regresa ahora. Escucho el batir del agua contra el suelo, y me recreo con unas sensaciones que me hicieron una gran persona. Suena el viento que corre entre las gotas de un agua que fue origen y fuente de vida. Te implico en esta melancolía, y precinto mi dicha para conservarla durante unos minutos. Registro cada hueco, cada recoveco de esta etapa, y me concedo una pausa que es un tesoro. Insisto en acortar la distancia temporal. Las lluvias me tocan, me trocean y me sacan las esencias del tarro de mi corazón. Me impregno de concordia, de vibraciones estupendas, de serenidad. Rechazo los asuntos negros. Firmo en un "foro" de caricias virtuales que comprueba e incrementa mi bienestar. Me asomo por la ventana, y te veo entre la cortina húmeda de unas precipitaciones que también aceleran mis suertes amorosas, que se fijan en ti. El aire me trae tu nombre: me acerca un susurro respetuoso y lleno de admiración. Me relaciono contigo a pesar del tiempo. Los gestos de lo vivido, de lo rememorado, me devuelven a la fortuna que construye y arma la bondad de una relación serena y sin escasez de ideas. Me entretengo con renovadas intenciones para ser más entre las gentes que defienden la pureza de espíritu. Hoy, amiga, eres mi imagen, mi punto vital, mi justificación en este paso que distribuye sentimientos sin protestas. Esta mañana, con agua, con lluvia, con "apaciguamiento" de ánimos, eres mía, más mía que nunca. Yo también, con el viento, me entrego a ti.

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