Me adoctrino con tu nombre, que llevo tan dentro que no comprendo ni quién soy.
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Me invitas a tomar un te con el que confieso y reconozco hacia dónde quiero ir. Siempre me sentiré contigo.
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Me has alarmado con tu silencio. Supongo que no puedes reservarme otra respuesta. Procura cuidarte: mi corazón te acompañará.
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La noche es nuestra aliada. Te confieso que te creo y que te necesito, y no sé si por este orden. Amago un poco.
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