viernes, 29 de agosto de 2008

En una nube viajera

Me relajo en la espera, y te soy fiel como ese perrito faldero que no siente más afición que por la cercanía de la querencia sin disimulo, dando cuenta de una verdad, de la única, de la mayor, de la que tiene un sentido, que así es.

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Me provocas emociones que no conocía en mí. Has descubierto facetas que no había fomentado desde hace tiempo. Me has dado mucho valor.

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Nos volcamos en asimilaciones que nos colocan en el punto neurálgico que dispone la cordura más manifiesta con resortes de poder.

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Tomamos un poco de aliento hasta volver al escenario más querido. Estamos en esa nube viajera que nos portará a los dos.

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