Vuelvo a la vida por tu compromiso simpático, por ese bordado que me coloca en un punto de partida perenne. No hay siembra con dudas, no hay nada que nos descoloque. Estoy repleto de ganas de compartir un rumbo que nos junta sin fisuras.
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Sueñas en alguna parte: lo sé. Asiento con la mirada hasta sin verte. La empatía que nos envuelve es tan incomprensible como hermosa. Supongo que es el amor.
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Te escribo desde la distancia que no es tal. No hay recorrido en mitad de la nada, como lo hubo antes. Te atiendo con refuerzos sorprendentes, más que espectaculares.
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No voy a repetirte lo que sabes. No tienes más que contemplarme. Mis ojos lo dicen todo. Bueno, sí, lo repetiré: te amo mucho.
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