Te quiero, vida mía. No me pidas razones, que enseguida se perdería el desarrollo de un mundo que se abre completamente.
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No compares. No pienses en valores y en precios, y sigue ubicada en ese punto que facilita la permanencia de una dicha que haremos extensiva a un entorno muy querido.
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Me regalas el diccionario de una vida en la que aprendemos sin compromisos, poco a poco, con actuaciones sencillas que nos unirán con un fuerte abrazo.
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Somos conscientes de muchas cosas, y más que lo seremos en este contexto solidario y bondadoso que tú, únicamente tú, has generado.
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