Me quedo solo, más solo que la una, y dedico unas realidades que son suspicacias de las que fueron ofensivas amorosas. Nos negamos con adulaciones que operan ante situaciones graves que no terminamos de resolver. Desencadenamos unas consecuencias que se celebran con muertes aparcadas desde hace tiempo. Me quedo solo, como digo.
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Me afecta tu desasistencia. Te sigo con promesas que nos aceleran los sacrificios. Nos convocan con puntos de arranque. Lo definitivo es un cortejo de palabras necias. Nos reunimos para decir que vale, y no es.
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Te considero mi amistad, pero tú miras hacia otro lado como si el recorrido y las buenas intenciones no fueran contigo. Te muestro mi afecto.
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