Te escribo en sueños y en sueños te siento cerca, pues eres mi deseo hecho realidad por la suerte y la bondad de unos dioses que alimentaron un buen amor.
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Me aconsejas estar, vivir, mostrarme, con una voluntad que me recorre el ser de lado a lado, y que me provoca y me fertiliza con virtudes poco claras.
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No te escondas de ese amor que te persigue, que halla en ti lo mejor del mundo. Te necesitamos.
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Busco ese humor que nos haga sanar una y otra vez. Nos llamamos amigos, pero es que de veras lo somos.
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