Ansío tu carne, tu gozo, tus movimientos sin controversias, y me enredo en esos sueños con los que busco y casi experimento el placer puro.
.....
Te susurro al oído que no puedo vivir sin ti, que te llamo y que te escucho de principio a fin. Te grito y busco tu atención para justificar muchas cosas.
......
Te convenzo de lo que soy, de lo que puedo, de lo que me permite una cierta jovialidad. Yo también estoy convencido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario