Apareces con el nuevo año
y me provocas
con esa mirada
que extiende brazos
y besos apasionados
que me marcan
el dictado del corazón,
ahora todo tuyo.
Ablandas la memoria
en una cama
que nos pertenece
por honra y valor.
Nos damos
esa nueva práctica
que es devoción
con grandes estampas
que enmarcan
nuestro sentir,
encumbrado fuertemente
con vestidos rosados
y verdes,
como nuestros,
de los dos.
Surcas el umbral
del amor clareado
por sueños entusiasmados
que resumirán
los sentimientos anejos,
compartidos en el sí
de la noche,
cuando todo será
un tanto mejor
de lo esperado,
de lo pensado,
de lo manifiesto.
Te quiero
con ese nuevo sí,
sin astucias ni tragedias,
en la búsqueda de lo natural,
que hoy suma
todo cuanto somos.
El amor consuela
y da valentías
que mudarán
vanidades oscuras.
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