Sugiero en esta mañana que nada sea fácil. Nos pensamos en la lejana tierra a la que nunca iremos.
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Prevalece ese amor desconocido que vuelve por fueros que no veremos en modo alguno. Nos quedamos regular.
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Hemos mirado sin divisar lo que ocurre. Nos hemos enseñado a tocarnos con imágenes vertidas en la razón primera y última.
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No te podré imaginar en la noche que ya es de otro. Sufro ese mal de ausencias que nos pone donde nada es.
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Prestamos lo que no es nuestro con un afán que nos propone quedarnos con una ilusión en forma de estampa pensada de antemano.
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Te tengo en mí con una cuerda que predispone la voluntad a modo de entusiasmo compartido.
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No te veré. Los rastros de los eventos pasados se quedan diluidos en la orilla de una playa donde sufrimos mucho calor.
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Nos hemos consultado. Los corazones ya no admiran lo que antes fue ese suficiente valor largamente perseguido.
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Te doy todas las razones de esa era en la que nos enseñamos a entender lo indecible. Hemos arañado un poco de pasión. De momento, vale.
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Nos ponemos al rescate de una situación que nos supera. Nos hemos hecho mucho daño. La vida no es.
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Nos hemos malgastado. Hemos tenido muchas oportunidades. Lamento que las cosas queden así.
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Nos comprendemos. Las costumbres de otras etapas quedan en esos sitios donde todo tiene lo que debe.
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Te diré dónde estoy. Las voluntades de otros atrasos se quejan de las astucias con las que nos movimos.
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He enterrado ese momento de zozobra. Ya no te dejaré ir. La vida nos regala trufas de apasionamientos variados.
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Te he puesto la virtud entre deseos que saciamos en las largas noches que nos quitan esperanzas.
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He asumido que los corazones están para algo más de lo que parece. Nos rompemos casi del todo.
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He apuntado bastante alto. Nos hemos comunicado con los registros de unos maravillosos años que nos dieron los dictados que ya no aceptan los corazones.
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Nos prestamos ese amor que hemos de fomentar como si fuera la mejor de las cosechas. No lo hacemos. Quedamos en deuda.
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No te puedo sugerir lo que ocurre. Las estrellas se quedan sin estampaciones de unas consultas poco claras.
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Negamos las miradas que nos proponen seguir con una cierta sencillez. Nos hemos puesto en un punto de menos trasiego.
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Te rindes ante las evidencias que nos prestan lo que ya sabemos que no es nuestro. No podremos negarnos a un amor tan sugerente.
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Nos hemos aclamado como a grandes amigos, que lo somos, pero no hemos llegado a nada más.
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Nos subimos a ese lenguaje de derrotas que nos propone sentir que las cosas queden así de mal.
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No traeremos lo que ya sabemos que no es nuestro. La vida nos envuelve con un afán optimista.
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Nos hemos puesto en ese lugar de apaños singulares. Los entendimientos nos llevan por donde es menester.
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Cifras las experiencias con casos que nos ocultan las razones de unas voluntades más que estimables.
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Te has pedido un poco de descanso. No te señalo lo que siento. No quiero mostrarte más debilidad de la cuenta.
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Nos distraemos entre señales que nos susurran al oído lo que pudo ser destrucción con palabras mágicas.
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Hemos vivido con una fuerza que nos atrae en la noche de cuatro estaciones que nos plantean terribles dudas.
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No te sugiero nada. Es mejor que entiendas que las cosas se nos escapan. Aprender es bueno. Callar, también.
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Hemos aterrizado en una pista largamente preparada, pero que hoy, quizá como ayer, no funciona. Lo siento.
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