martes, 12 de agosto de 2008
La fragua del amor
Miro por doquier y hallo el idilio perfecto. No hay problemas, y, cuando los ha habido, los he canjeado por monedas de chocolate y de dulce de pasión. Mejoramos con la calma que nos distrae y de la que es portadora este amor de maravillas, de simpatías, de satisfacciones cotidianas en días favorables. Hemos alcanzado la estabilidad sin que sepamos el porqué. Revisamos nuestros deberes y ya no obtenemos percances, para bien nuestro, por fortuna. Hay timidez y mucha reserva de energías en todas las cuestiones que nos circundan. Hemos aliviado las tensiones. Los perjuicios que pudieron existir se han quedado atrás. Pasamos por una buena etapa en la que tú tienes mucho que ver. Fomentamos la seguridad y la confianza. Nos miramos de frente y nos procuramos un amor que nos alaba y que nos enaltece el corazón. La fragua está confeccionando una magnífica relación. Procuraremos no recaer. Nos mantendremos con fuerza y en buena forma. No nos arrepentiremos de los excesos porque los que vengan estarán para optimizar las ideas. Los que están al acecho con envidia ya no tendrán nada que hacer. Ya asumimos con responsabilidad y sin anemia lo que nos conviene. Nos encontramos bien: nuestro compromiso es la felicidad. Desde la intuición y la realidad haremos valer nuestros derechos. Resolveremos los conflictos sin ser egocéntricos, y nos mostraremos indulgentes, fundamentalmente con nosotros mismos, lo que nos conducirá a un mejor comportamiento con los demás. Descansaremos más y procuraremos que nuestro estado de ánimo se refleje en las personas que nos rodean. La meta es conocida, y lleva en su pórtico tu nombre. No nos faltarán proyectos en estas jornadas venideras, que ya determinamos como propicias. No especularemos. Ha llegado el momento de actuar y de acercarnos a la llama que todo lo vivifica. La oportunidad que se repite no admite suplencias y demoras, y por ello no vamos a consentir que todo quede como estaba. No desperdiciaremos la ocasión y, en este objetivo, apareceremos limpios. Sabes, compañera, que estoy por ti. Hemos encendido ese fuego estupendo que desprende sensaciones hermosas y que refleja mucho calor. La fragua nos moldeará hasta implicarnos en el paraíso.
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