Te sueño en esta noche de soledad consentida, ganada a pulso. Voy con tu amor a cuestas, y no lo dejaré por mucho peso que me suponga.
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Me hablas desde el honor de los que saben hacia donde debemos ir. Haremos caso a nuestros sentidos, a ese olfato que nos llevará a la pura dicha.
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Me comprendes poco a poco, con una llamada de atención que me propone la vida. Me incluyo en tus ideas, en tus pensamientos de gracia a perpetuidad.
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Salgo a decirte lo que pienso, lo que soy desde la destreza de una imagen que me persigue.
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