Sonríes como nadie, y como nadie me has dicho adiós. No soy testigo de nada, ni conocedor de tesoros, ni dueño de fantasías o de fórmulas de superación en grado intencionadamente ilusionante. Lloras amargamente porque sabes que me voy y que no habrá, por desgracia para mí, retorno alguno.
..........
Me has buscado con un humor que añade colores a una verdad con pausas de todo tipo. Me vuelvo con las razones menos graves, con las preferencias trastocadas. .
.........
Me dirijo a tu amor, y por él lucho, aunque sé que no será.
..........
Obedezco con la intención de llegar donde queremos, pero estoy convencido de que no podrá ser.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

No hay comentarios:
Publicar un comentario